Hoy me he dado cuenta que yo, en época de exámenes, soy un ser de costumbres peculiares. Me da por hacer cosas raras, fruto de la desesperación, el aburrimiento y el aislamiento social, y claro, la gente de mi alrededor se ríe de mí.
Aquí adjunto una lista cuanto menos curiosa de las cosas que hago en esta dura época.
Es una técnica para evitar mordérmelas. Y como yo en condiciones normales no me pinto nunca las uñas (me da mucha pereza), pues no tengo colores modernos, sólo tengo pintauñas de los chinos que me compro para disfraces y tal. Total, que tengo pintauñas negro y (atención) de purpurina dorada.
Claro, del de purpurina ni hablamos, que cuando lo usé para disfrazarme, al día siguiente tenía la cama que parecía que había vomitado un Oso Amoroso, todo lleno de purpurina. Así que decidí pintármelas de negro. Y claro, llaman la atención. Tanto, que mi madre me ha preguntado si ahora voy de gótica.
En esta época soy como una embarazada: tengo antojos. Paso de tener ansias de salado a dulce en instantes, y claro, muchas veces mezclo. La vez que más me recuerda mi Sister cada vez que sacamos el tema es una vez que ponía una aceituna en el agujerito del Donette y me lo comía todo junto. Sí, asqueroso, pensaréis, pero a mí me supo a gloria! Qué hambre no estaría yo pasando, seguro al borde de la desnutrición, para que mi instinto de supervivencia me hiciese comer tal atrocidad.
Mi cerebro no está conmigo en la época de exámenes: está contra mí. Siempre se le ocurren ideas para escaquearse. Como anoche, que se le ocurrió la maravillosa idea de estudiar en la cama. Al principio todo bien, pero cuando me di cuenta me había quedado durmiendo, los apuntes se cayeron al suelo, yo me quedé durmiendo encima del boli y se me quedó una marca monstruosa en la cara. Pues ese es mi cerebro, constantemente diciéndome cosas como "mira a ver el Facebook, anda", "métete en Twitter que hace ya 10 minutos que no lo ves!" o la última: "venga, escribe algo en el blog!"
- Convertirme en una yonki de la cafeína
Creo que nos pasa a casi todos los estudiantes: entre cafeses, redbulles, cocacolas y demás, en mi sangre hay más cafeína luego a luego que sangre. "Madre mía, estarás histérica, hiperactiva!" diréis. Pues no. No me hace efecto la cafeína. Pero ni un poco. De hecho, me tomé el otro día la tensión cual anciana hipocondríaca, cada hora durante todo el día. Y el consumo de cafeína no afectó ni lo más mínimo ni a mi tensión ni a las pulsaciones. Que por qué sigo bebiendo cosas con cafeína entonces? Y yo qué sé... por tradición, supongo.
Cuando estoy en mi casa, me transformo de tal manera que parezco un vagabundo. Normalmente estoy en pijama (pijama de día, luego tengo el de noche, que si no es un poco asqueroso cuando pasan muchos días). Como mucho, cuando voy a recibir visita, me pongo un chándal. Pero viejo, si no, no vale. Tengo uno que llevaba en la ESO (no ha llovío ni ná), otro con manchas de lejía, otro con agujeros... Mi madre se pone nerviosa al verme, y me llama "engendro", pero si hay ropa más cómoda que esta para estar en casa, que alguien me lo diga, porque parece que cuantas más manchas o agujeros o años lleva una prenda encima, más comodita es. La única ropa que me pongo que no es vieja, es la de propaganda, que al ser cutre, también entra en el grupo de la ropa cómoda de estudiar.
Ésto es que me tiro todo el día toqueteando mi pelo. Ayer estaba tan aburrida que me paré a pensar que hacía muchos años que no me hacía yo una trenza. Y ale, me hice 2, que parecía, entre el chándal viejo y las 2 trenzas, una granjera pobre. Como no me gustaban, me hice 2 moñetes. Al rato pensé que parecía una cosa mala y ale, vuelta al pelo suelto. A los 5 minutos pensé que me molestaba, y me hice una cola. Y así todo el día. Ahora mismo llevo un moño a lo Amy Winehouse, pero sin piojos ni mierda, que hay un límite.
Otra manera que tengo de perder el tiempo es abrir cajones de mi habitación que hace años que no abro. Claro, allí me encuentro de todo: agendas del cole, notitas de mis compañeras, los álbumes de cromos de Panini, etc. Y ya está, tengo que verlo todo, es como una fuerza sobrenatural.
- Empapelar la habitación con Post-its
Ésta es la afición que menos le gusta a mi madre. Cada vez que entra a mi habitación amenaza con coger una papelera y "barrer con todo". Y es que ya tengo empapelada la ventana, el armario, y estoy empezando ya con las estanterías. Parecerá una tontería, pero hoy mientras sacaba la ropa del armario, me he repasado un esquema que había en un post-it. Mi Sister dice que por qué no empapelo el baño, y así cuando cago también estudio, y aunque la idea rondó por mi mente varios segundos, la descarté, por las visitas, no por otra cosa.
Y esta soy yo en época de exámenes. Como mi Sister me define: "insoportable". Pues te quedan 3 semanas, guapa!
PD: Empecé hace poco un blog nuevo, de música.
365 días, 365 canciones que se llama. Pasáos, que es gratis!
http://365dias365canciones.blogspot.com/ Gracias majos!