jueves, 28 de abril de 2011

Cocinitas

Siempre he admirado a la gente que sabe cocinar. Yo soy de las que ve a Karlos Arguiñano y le da una rabia envidiosa interna irrefrenable. Pero es que a mí me falta ese gen... y mira que yo intento aprender, pero no se puede luchar contra las taras genéticas, y como dice mi madre, "ya se nos han pasado los 2 años de garantía y no te podemos devolver".

Pero yo lo intento. A mí es que hace falta que me digan "tú no vales para ésto" para que yo me empeñe. Así que ayer dije que la cena la hacía yo. Nada, cosa sencillita: queso fresco a la plancha, huevos duros, y unas gambas a la plancha (es que estamos a dieta toda la familia... otro día lo cuento, porque es para escribir un libro).

Parece sencillo, no? Un cazo para los huevos, una sartén para el queso fresco y las gambas al horno. Se pueden hacer las 3 cosas a la vez, así que perfecto. Pues lo intenté, os lo juro, pero tengo que publicar el balance de daños y destrozos producidos para que os creáis lo desastre que soy:

1.  Dedo quemado con la bandeja del horno
2.  Dedos quemados tras intentar coger las gambas con las manos
3.  Inundación de la cocina y empapamiento de mi persona tras fregar el cazo y que eso hiciese efecto catarata
4.  Pequeño fuego sin incidentes cuando el aceite de la sartén se prendió un poco

El resultado de todo ésto fue enervar a mi madre, que entró en la cocina agitando los brazos y gritando de todo menos piropos. Y no lo entiendo, porque a mí el flameado del queso fresco me dio la risa, pero a mi madre todo lo contrario. Lo más bonito que salió de su boca fue "inútil". Pero en el fondo sé que se ríe por dentro y que le hace gracia que en un futuro, cuando me independice, voy a tener que estar viniendo a comer para evitar una desnutrición severa.

Total, que la cena nos la comimos y estaba buena, pero mi madre me ha puesto una orden de alejamiento de la cocina (una de tantas) y dice que habla en serio y que no dudará en usar la fuerza contra su primogénita.

Lo volveré a intentar, lo sé, porque soy muy cabezona, y me gusta luchar contra las taras genéticas. Pero quizás otro día, cuando los instintos asesinos de mi madre se hayan calmado.

5 comentarios:

  1. Te entiendo, yo cada vez que intento cocinar acaba quemado, salado, sosoo pastoso.
    Lo que nunca entenderé como lo hago para dejar todo crudo por dentro y negro carbón por fuera.
    Yo también envidio a los que saben cocinar :/

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  2. Y yo que disfruto viendo los programas de cocina y soy un desastre total.

    Aún estoy en la fase de aprender a "saltear", lo que tan fácil parece en la tele me es imposible, que se le va a hacer, si no valgo no valgo.

    Saludos

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  3. Lo tengo decidido: cuando me independice, me voy a un edificio que tenga un bar! :)

    Me alegro de no ser la única torpe entre sartenes, por cierto... a ver si los raritos son los que saben cocinar!

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  4. La próxima vez podrías ir poco a poco... no todo a la vez! jaja.
    Yo no sé cocinar grandes platos, pero me apaño para sobrevivir y esas cosas. Pero bueno, como dices, siempre quedará el bar de abajo...

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  5. he tenido que cambiar la dirección de mi blog, la nueva es:

    http://secretosdecondesabathory.blogspot.com/

    Cuando puedas te pasas y te suscribes allí. Por favor borra este comentario. Saludos!

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